Abrazando la frontera verde

Por: María Alejandra Rojas Matabajoy
Octubre 28, 2019

Esta producción, grabada completamente en el Amazonas, fue creada por Diego Ramírez Schrempp, Mauricio Leiva-Cock, Jenny Ceballos y dirigida por Laura Mora (Matar a Jesús), Ciro Guerra (El Abrazo de la Serpiente), y Jacques Toulemonde (Anna).

La serie aborda temas como la conexión con lo divino, la eternidad de la conciencia, el reconocimiento de la tierra como Diosa creadora, las creencias ancestrales de los indígenas, la invasión y explotación de la selva amazónica por parte de foráneos y las preconcepciones occidentales con las que muchos llegan a este lugar.

De “Frontera verde” se destaca la manera en la que se muestran estas comunidades indígenas: los actores elegidos son nativos del Amazonas y su caracterización, el uso de sus lenguajes, sus leyes, sus creencias y su legado cosmogónico son abordados de manera respetuosa.

La energía femenina también toma mucha fuerza y construye la trama: se habla de la manigua, la Diosa, la botánica, la detective, las religiosas, la frontera y la misma selva, su potestad, su grandeza, su magia y su sabiduría que va más allá de este plano. Las mujeres son poderosas, guardianas, cuidadoras y ocupan los roles principales tanto en el equipo de producción como en la pantalla.

Otra característica de esta serie de suspenso es que logra transmitir la interculturalidad que hay entre los países que conforman la triple frontera. Perú se siente sonoramente con sus tecnocumbias y con la famosa bebida “chuchuhuasi”, y Brasil está presente con varios personajes que aparecen a medida que se desarrolla la historia.

Aunque su final deja muchos vacíos y preguntas sin contestar, “Frontera verde” nos incita a reflexionar sobre el respeto con el que deberíamos ver, tratar, hablar y llegar a la selva; a recapacitar sobre las actitudes codiciosas propias de nuestra cultura occidental, a honrar las tradiciones etnoculturales de los pueblos nativos y a examinar cuál es nuestro acercamiento y nuestra relación con lo espiritual, que no es lo mismo que la religión, que va mucho más al profundo encuentro con nosotros mismos y que, por supuesto, tiene que ver con nuestro modo de proceder en la vida.

Hay que seguir apostándole a producciones audiovisuales, como esta, que rompen con el contenido estándar y los estereotipos que estamos acostumbrados a ver en la televisión privada de nuestro país. Sin embargo, para que esto prospere, es necesario que, como espectadores, consumamos estas nuevas alternativas. Esa es la manera de pasar la frontera de lo conocido y abrazar las fronteras nuevas, así como sucede en “Frontera verde”.