Domingo 4B Adviento: La sagrada familia | DIÁLOGOS sobre el Evangelio del Domingo
Por: José Martínez de Toda, S.J.
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Moderador/a: En las Navidades lo más importante, después de la venida del Niño Jesús, es la vida familiar. Todos queremos estar cerca de los que queremos.
Precisamente hoy celebramos la Fiesta de la Sagrada Familia, que se nos presenta como modelo. El Niño Jesús se encontró desde el principio dentro de una familia con María y José, que estaban pendientes de él. El Evangelio nos describe parte de esa vida familiar después del nacimiento de Jesús. Escuchémoslo.
Lectura del santo evangelio según San Lucas (Lc 2, 22-40)
Narrador/a - Cuando llegó el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley del Señor: "Todo primogénito varón será consagrado al Señor"; y para entregar la oblación, como dice la ley del Señor, "un par de tórtolas o dos pichones".
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre honrado y piadoso, que aguardaba el consuelo de Israel; y el Espíritu Santo moraba en él. Había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor. Impulsado por el Espíritu Santo, fue al templo. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres, para cumplir con él lo previsto por la ley, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo:
Simeón - "Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz; porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones, y gloria de tu pueblo, Israel".
Narrador/a - José y María, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía del niño. Simeón los bendijo diciendo a María, su madre:
Simeón - Mira: Este está puesto para que muchos en Israel caigan y se levanten; será como una bandera discutida; así quedará clara la actitud de muchos corazones. Y a ti, una espada te atravesará el alma.
Narrador/a - Había también una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana: de jovencita había vivido siete años casada, y llevaba ochenta y cuatro de viuda; no se apartaba del templo día y noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. Acercándose en aquel momento, daba gracias a Dios y hablaba del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel. Y cuando cumplieron todo lo que prescribía la ley del Señor, se volvieron a Galilea, a su ciudad de Nazaret.
El niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría: y la gracia de Dios lo acompañaba.
Pregunta 1. ¿Cómo es la familia modelo?
La Sagrada Familia cumplió con sus deberes religiosos yendo al Templo: María para su Purificación, y el Niño para su Presentación en él.
María y José cumplieron con el Niño Jesús alimentándolo, cuidándolo y educándolo. Y así dice el Evangelio que “el niño iba creciendo y robusteciéndose, y se llenaba de sabiduría: y la gracia de Dios lo acompañaba”. Es decir, fue “haciéndose”.
Pregunta 2. ¿Cómo fue eso de la Purificación de María?
La ley judía consideraba impura a toda madre por haber dado a luz. Quedaba impura por cuarenta días después del nacimiento de un hijo o por ochenta días después del nacimiento de una hija. Durante ese tiempo se le prohibía ir al templo o tomar objetos santos con sus manos.
Después de los cuarenta días, María fue al Templo de Jerusalén con José y Jesús. Debían llevar un cordero o una paloma, pero a los pobres se les permitía traer sólo dos tórtolas o palominos (Levítico 12:8). Es lo que ofrecieron María y José, como pobres. Jesús comienza así su vida siendo uno de los pobres. Pero parte de su misión será defenderlos.
Pregunta 3. ¿Y después vino la Presentación del Niño Jesús en el templo?
Sí. Jesús era primogénito (Éxodo 13:1-2, 11-16) y, como tal, debía, en primer lugar, consagrarse al Señor, pues “todo varón que abriere la matriz, será llamado santo para el Señor”.
Después debía ser redimido por cinco siclos de plata (Números 18:15-16). El propósito de esta ceremonia era recordar que el Señor los salvó de la última plaga: la muerte de los primogénitos y los sacó de Egipto (Éxodo 13:16).
Y así como los primogénitos judíos en Egipto fueron redimidos y no murieron, los primogénitos judíos del tiempo de Jesús debían ser redimidos pagando los cinco siclos de plata.
Pregunta 4. Así que los padres de la Sagrada Familia, María y José, cumplieron con el Niño Jesús. ¿Cómo deben cumplir los padres de hoy con sus hijos?
Igual que María y José. Primero, cumpliendo sus deberes religiosos: llevándolos a bautizar, a la catequesis, a hacer la Primera Comunión, rezando antes de comer, antes de acostarse, al salir de casa en la mañana, al comenzar alguna actividad importante…
Y segundo, educándolos.
Pregunta 5. ¿Por qué aparece Simeón en ese momento?
En el mismo momento en que María y José ofrecen y presentan al Niño, entra en el templo el anciano Simeón. Él era justo y piadoso. El Espíritu Santo le había revelado que no moriría hasta que hubiera visto al Mesías (vv. 25-26). Por eso el Espíritu lo guía al templo para encontrarse con Jesús, María y José (v. 27).
De inmediato, él reconoce al Niño como el Mesías prometido, lo toma en sus brazos y canta: “Ahora, Señor, puedes dejar a tu siervo partir en paz…”. Dios ha cumplido su promesa, y Simeón ha visto al Salvador.
En latín, “Ahora puedes dejar” se dice nunc dimittis. Muchos sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares rezan esta oración en la parte del Breviario, llamada “Completas”, que es la última oración antes de acostarse.
Pregunta 6 – ¿Se alegraron María y José de lo que les decía el anciano Simeón?
No del todo. Lo que les dijo es también una profecía, que contiene elementos perturbadores. Les dice a José y María: “Miren, este niño está puesto para ser signo de contradicción”. Efectivamente, Jesús será amigo de cobradores de impuestos y pecadores, predicará la verdad y la justicia. Por ello, las autoridades religiosas se le opondrán y finalmente lo mandarán matar.
Y luego dice a María: “y una espada atravesará tu alma también”. Y todo el que esté estrechamente ligado a él, igual que lo está su madre, conocerá en su propia carne los mismos sufrimientos y penalidades.
Pregunta 7. Pero también apareció por allá una viejita. ¿Dijo cosas tremendas, como Simeón?
Todo lo contrario.
Ana, la profetisa, una viejita simpática, apareció como una sonrisa. Su perfil es radiante y gozoso: pertenece a la tribu de Aser, nombre que significa “felicidad, bendición” (Gn 30, 13). Su Padre se llama Fanuel, que en hebreo significa “rostro de Dios”, señal de bendición, de felicidad (Num 6, 24-26). Ana es, pues, el modelo de una gozosa, esperanzada y pacífica ancianidad; es una de los pobres del Señor que sirven al Señor día y noche con oración y ayuno (Lc 2, 37).
Pregunta 8. ¿Es importante lo que dicen estos dos ancianos sobre Jesús?
Aparte de las alabanzas y profecías que dijeron, los dos son importantes desde el punto de vista legal judío.
La Ley judío exigía que hubiera dos testigos (Dt 19, 15) para que el testimonio fuera válido y creíble. En este caso son los dos testigos, Simeón y Ana, la revelación de Jesús como el Mesías, no sólo ante Israel, sino ante ¡todas las naciones! (Lc 2, 32).
Pregunta 9. Hoy es la Fiesta de la Sagrada Familia. ¿Qué consejos les daría a las familias?
Precisamente la 1ª Lectura de hoy da consejos sobre la vida familiar. Podemos escucharlos.
1ª lectura del Libro del Eclesiástico (3,2-6.12.14):
Dios hace al padre más respetable que a los hijos y afirma la autoridad de la madre sobre la prole.
El que honra a su padre expía sus pecados; el que respeta a su madre, acumula tesoros; el que honra a su padre, se alegrará de sus hijos, y cuando rece, será escuchado; el que respeta a su padre tendrá larga vida; al que honra a su madre, el Señor le escucha.
Hijo mío, sé constante en honrar a tu padre, no lo abandones mientras viva. Aunque flaquee su mente, ten indulgencia, no lo abochornes mientras seas fuerte. La piedad para con tu padre no se olvidará, será tenida en cuenta para pagar tus pecados.
El día del peligro se te recordará y se desharán tus pecados como la escarcha bajo el calor.
Estos son consejos de Ben Sirac, que vivió varios siglos antes de Jesucristo. El respeto de los hijos a sus padres es cosa agradable a los ojos de Dios, y éste no los dejará sin recompensa. Los hijos que veneren a sus padres serán venerados a su vez por sus propios hijos.
Pregunta 10. ¿Este respeto por la familia se da sólo en nuestra religión judío-cristiana o se da también en otras culturas y religiones?
Por supuesto. Quisiera contar dos historias. Uno es de una casta de la India.
La bolsita de las medicinas (cuento)
Cuando nace un niño en la familia de una casta de la India, recibe un regalo muy especial. El padre hace una bolsita de cuero, que se llama “la bolsa de las medicinas del hijo”. La madre mete en ella dos cosas y el padre pone otras dos.
Cuando los niños son ya capaces de comprender, los padres les dicen lo que han puesto en la bolsa.
La madre siempre pone un poco de tierra y un trozo de cordón umbilical para hacerles recordar a sus hijos que vienen de la tierra y de una familia, y que nadie se da la vida a sí mismo.
El padre pone una pluma de ave, que ha quemado un poco y la mezcla con las cosas de la madre. La pluma del pájaro simboliza el vuelo, porque cada uno tiene que encontrar su lugar en el mundo.
Ninguno sabe nunca cuál es la segunda cosa que el padre ha puesto en la bolsita. Los hijos intentan adivinarlo, pero nunca se lo dice. Es un secreto. Y este secreto representa el misterio de la vida, que viene de Dios. Y el centro de todos los misterios es Dios.
Le entregan la bolsita al hijo, y éste la guarda en un lugar especial. Cuando muere, la bolsa de las medicinas es también enterrada con él. Es un hermoso regalo, un símbolo, que nos hace pensar y nos vincula a una tierra, a una familia y a Dios.
Pregunta 11. ¿Y la segunda historia?
Se llama Lo más precioso de una mujer (cuento)
Cuentan que el emperador Conrado había asediado la ciudad del duque de Baviera (Alemania). El asedio se prolongaba y los víveres escaseaban. El emperador decidió dejar salir a todas las mujeres, y les permitió llevarse consigo sólo una cosa, la que consideraran como la más preciosa.
Cuando las puertas se abrieron para dejarlas salir, cada una de ellas cargaba en sus espaldas a su marido.
¿Qué se habría llevado usted? ¿A su marido?
Despedida
Les invitamos a la Misa, a la Eucaristía, sacramento del amor, imitando a la Sagrada Familia, que asistió al Templo de Jerusalén, ella para purificarse y el Niño Jesús para ser ofrecido, presentado y dedicado a Dios Padre.
Este guión radiofónico y el de otros domingos pasados y futuros se hallan en http://www.homiletica.org/ciclos.htm, en http://www.jesuitas.org.co/documentos/dominical/JoseMartinez/Archivo.html
Parte de ellos también se pueden ver en http://www.radioevangelizacion.org y en www.facebook.com/PildorasdeFe.
Se transmite en 72 emisoras de Unión Radio (Venezuela). En Caracas: Unión Radio FM 90.3 a las 5am, 7am y 10pm dentro de la Misa del P. Honegger Molina; la misma Misa con los Diálogos se transmite en Unión Radio AM 1.100 a las 5am, 7am y 8pm; en DirectTV 980; y en http://www.unionradio.net en ‘Audio en vivo’ en esos mismos horarios. La grabación está hecha por dos catequistas y el P. Honegger.
Advertencias al Equipo de Locutores:
Conviene que haya un moderador, que salude al principio, despida y haga las preguntas. Ellas son respondidas por los otros participantes en el programa.
El programa puede durar unos 15 minutos. Conviene que se reúnan antes para orar juntos, seleccionar y discutir.
Es importante tener mucho cuidado en no simplemente “leer” el guión, como si fuera un cuestionario, sino que lo asuma como una guía de conversación. En radio se nota en seguida cuándo uno está leyendo y cuándo conversa. Por ejemplo, en la conversación solemos mover las manos, sobre todo si estamos contando algo importante; el que simplemente lee, no mueve las manos.