
- Generar espacios de conocimiento y reconocimiento entre las obras para pensar en acciones conjuntas en las que cada obra aporta desde sus potencialidades.
- Reconocer la disposición de los delegados de las obras, aspecto que facilitó el buen resultado de los programas que se llevaron a cabo.
- Crear comités por fronteras para organizar el ejercicio y llevar a cabo acciones específicas desde cada una de ellas.
- Planear estratégicamente para identificar los resultados que se esperan desde cada frontera, trazar una visión a largo plazo, revisar su pertinencia y redefinición. Tener una planeación anual permite que las obras se programen y generaren compromisos desde el establecimiento de una agenda común; Además, la evaluación anual propicia un espacio de discernimiento y reflexión del proceso.
- Adaptar las metodologías para adecuarlas a las características de cada población participante en las diferentes acciones adelantadas.
En el trabajo con comunidades
- Leer el contexto y propiciar herramientas que garanticen la continuidad del proceso y la protección de los miembros de la organización, así como prevenir su revictimización.
- Abordar, en el acercamiento a la población víctima, un eje psicosocial para elaborar duelos y crear las condiciones para perdonar y reconciliar.
- Construir espacios para incidir positivamente en los objetivos productivos y mejorar la calidad de vida de la población víctima.
- Asumir una metodología que no revictimice ni instrumentalice, si no por el contrario, una metodología que potencie capacidades y empoderamiento para auto valorarse y gestionar recursos que les permita a la población víctima generar acciones productivas. Esto garantiza el mejoramiento de su calidad de vida y su posicionamiento familiar, político y ciudadano.